Adhara Pérez Sánchez

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MUNDO LOCO - 25 de Noviembre de 2024

La niña prodigio que supera a los grandes de la ciencia


En un mundo donde las fronteras del conocimiento y la inteligencia son constantemente ampliadas, Adhara Pérez Sánchez, una niña de 12 años originaria de Ciudad de México, se erige como un faro de esperanza y talento. Con un impresionante coeficiente intelectual de 162, Adhara no solo destaca en su entorno, sino que supera a renombradas figuras científicas como Albert Einstein y Stephen Hawking, quienes tienen un coeficiente de 160. Su historia es un vívido relato de resiliencia, superación y el poder de la educación ante la adversidad.

 

 

 

Desde su infancia en Tláhuac, una zona de la Ciudad de México caracterizada por limitaciones económicas, Adhara enfrentó desafíos importantes. A la temprana edad de tres años fue diagnosticada con autismo, un hecho que transformó su vida. Según su madre, Nayeli Sánchez, este diagnóstico, aunque inicialmente devastador, llevó a la familia a buscar formas de apoyo y orientación. A lo largo de su trayectoria escolar, Adhara enfrentó situaciones difíciles, incluyendo bullying que la llevó a cambiar de escuela tres veces. La falta de empatía por parte de algunos maestros significó una lucha constante para la pequeña prodigio, quien en ocasiones evitaba interactuar con sus compañeros debido a su percepción de ser diferente.

 

 

 

Sin embargo, la adversidad no apagó la luz de su inteligencia. Con solo cinco años, Adhara finalizó la primaria, y en un asombroso giro, completó tanto la secundaria como la preparatoria en un solo año. Actualmente, se encuentra inmersa en una maestría en ingeniería y matemáticas en la Universidad Tecnológica de México, con el sueño de convertirse en astronauta y explorar los confines del espacio. Su admirable trayectoria ha sido reconocida a nivel nacional, siendo incluida en la lista de las 100 mujeres más influyentes de México por la revista Forbes.

 

 

 

A lo largo de su vida, Adhara demostró habilidades poco comunes que despertaron el interés de su entorno. Desde aprender álgebra de manera autodidacta hasta memorizar la tabla periódica, sus capacidades eran consideradas originalmente como meras distracciones. No obstante, la intervención de especialistas y su inscripción en el Centro de Atención al Talento (Cedat) fueron clave para que se reconociera su excepcional coeficiente intelectual y se le proporcionara la orientación adecuada.

 

 

 

El interés por la ciencia de Adhara se avivó de manera particular al conocer la figura de Stephen Hawking durante una consulta médica, donde contempló representaciones artísticas del renombrado físico. Este encuentro la conectó profundamente con el mundo de la ciencia y la exploración espacial, dándole un sentido de dirección y propósito en su vida.

 

 

 

Adhara Pérez Sánchez no es solo un prodigio en matemáticas y sistemas; es un símbolo de superación y motivación para muchos jóvenes que, como ella, enfrentan múltiples desafíos. Su historia resuena como un recordatorio de que, a pesar de las dificultades, la pasión por el conocimiento y el apoyo adecuado pueden llevar a alcanzar logros extraordinarios. En un futuro, quizás la veamos mirando las estrellas, uniendo su pasión por la ciencia con el vasto misterio del universo.

 

Sistema informativo INRAI

 

 


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